El mundo sin el color estaría muy triste.

La naturaleza solamente es maravillosa por la orgía de colores y tonos que dan la personalidad a todos los seres creados por ella.
Una artista sólo puede ser considerado como tal, en la exacta medida en que ella puede pasar para su trabajo la percepción de todos os tonos factibles de los colores que darán el volumen de la cosa a ser retratada.
Aunque él que es un trabajo abstracto, si ella no tiene un mínimo de conocimiento de las mezclas precisas, de la dosis correcta de la base del color, no quedará a una buena finalización y el trabajo no atraerá y encantará los ojos del espectador.
Saber combinar los colores es un ejercicio de amor y paciencia. En mi trabajo yo uso los colores sin cualquier preconcepción.
En la acuarela los colores experimentan un gran cambio que depende de cuanto se diluyen. Más acuoso: diáfana; seco: firme y vigoroso; obteniéndose en ambos casos un hermoso contraste con el fondo blanco del papel en lo poner y quitar la acuarela a tiempo para los efectos deseados.
En la actualidad yo estoy retratando flores que parecen como tiendo sido creadas en especial para algún acuarelista, tan hermosas ellas quedan reproducidas por esta técnica y siendo un gran desafío para una detallista como yo. Cuanto más fidedigno a la realidad más encantador es el resultado. Es un gran desafío domarse la lucha del papel con la tinta.
Gran parte de mis trabajos tiene como modelo fotografías que yo el mismo registro. Todo lo que yo discierno como "acuarelable" trato de sacar una fotografía; yo también tengo en los amigos que conocen mi hábito una buena fuente de material, y elles colaboran con gran entusiasmo.